Soñé que estábamos juntos. También soñé que operaban a mi papá y moría.
Tú me escribías desde Bruselas: hablábamos de cualquier tontería -como hacen las parejas- y te despedías diciéndome que me amabas.
Yo leí tu mensaje y me sentí feliz, pero no te respondí hasta unas horas después, cuando el remordimiento pudo más que yo, y finalmente mentí, respondiendo que también te amaba.
Creo que es un claro indicativo de cómo me siento respecto a ti.